... cada kilómetro un mar de felicidad, cada entorno un referente para los sentidos, y cada persona, el puto mundo.



Bar Akaldo Aranjuez, Febrero 2011


Estupenda mañana de Domingo para celebrar y compartir junto a los de siempre, que no son pocos ni cobardes, un caluroso encuentro que ya es de obligado cumplimiento y donde las risas, anécdotas y batallitas son el principal aliciente. Y como siempre, agradecer a esa entrañable pareja capitaneada por Feli y Juanma, el habernos movilizado para acudir hasta esta antigua villa donde la nobleza y monarquía unían sus atuendos y refinadas maneras, a golpe de bailes y chismes palaciegos, toma ya!, ja, ja.

No dejes de acudir, si paras por Aranjuez, al Bar Akaldo, punto de encuentro habitual de buena gente y pendejos sin igual.

Nuestros infantes disfrutando como el que más...

... y como muchos más.

Entres bosques desnudos sorteamos asfalto siempre con la vista puesta en el horizonte más inmediato.

Lo mires por donde lo mires no hay excusa para perderse un encuentro de esta índole, que no...

... que he dicho que no, cojones!.

Poco a poco los buscadores de aperitivos, a golpe de "malaguitas" ja, ja, buscan su sitio en la congregación.

Y es que al sol la vida tiene otro color y calor, sin duda.

Trío de ases, nunca defraudan, siempre fieles.

La atmósfera huele a gasolina, pero a gasolina de la buena, no de esa que contamina y que nuevamente es la excusa perfecta de nuestros inoperantes mandamases para reducir nuestra cuota de libertad en las carreteras, sí, los jodidos 110.

Esta vez es a golpe de botellín.

Me encanta verlas intercambiar experiencias, siempre aprenden algo nuevo...

Cuando sea mayor.

Y con la foto de familia, HASTA LA PRÓXIMA!.

A La Ribera Del Duero, Febrero 2011

Siguiendo la estela que deja el río Duero a su paso por la provincia de Burgos se ha fraguado esta ruta llena de infinitas rectas y vastos paisajes que definen a la castigada Castilla, una tierra castigada por las innumerables luchas y batallas que han servido para forjar su carácter recio a la par que noble, batallas que han originado pueblos y localidades en los que la herencia de la historia ha servido para engrandecer a sus gentes pero también para inmortalizar su rica cultura y legado artístico, en definitiva, una ruta para perderse por sus innumerables enclaves y disfrutar de todas la riquezas que la huella humana ha forjado a golpe de Tizona.

Además de su merecida fama gastronómica, no en vano presume de tener los mejores asadores de lechazo de toda la península, Aranda de Duero es una ciudad con un rico patrimonio fruto de su esplendor artístico durante los siglos XV y XVI. Prueba de ello es la colegiata de Santa María del siglo XV una de las obras del gótico tardío más emblemáticas de toda la provincia. Su fachada principal a modo de retablo pétreo contiene entre otros...

... esta espectacular portada de arcos apuntados, pero sobre todo, sus puertas en madera ricamente ornamentada.

Sus generosas dimensiones además de un interior sobrecogedor le otorgan ese aspecto catedralicio tan común en las Colegiatas de la época,...

... y en la misma plaza y recomendado por mi burgalesa de pro, la taberna de Los Caracoles, pero eso, eso tendrá que ser en otra ocasión porque a raíz del cierre aun echado intuyo que la noche tuvo que ser movidita ja, ja.

Paseando por sus calles céntricas Aranda de Duero resulta una ciudad muy acogedora, en su plaza principal las terrazas proliferan gracias al astro sol que luce sus mejores galas en esta mañana de invierno...

... y muy cerquita la Iglesia de San Juan. De menores dimensiones que la "madre colegiata" fue terminada precipitadamente debido a los constantes avatares acaecidos durante la época.

Su torre destaca por su arranque románico y final gótico, y en su planta cuadrada puede advertirse cierta similitud con una almena castrense.

La espectacular a la par que sencilla portada da idea de las dimensiones iniciales otorgadas a tan singular templo.

Atrás queda Aranda de Duero pero no su Ribera, ésta ha de acompañarme aun entre piedras y asfalto...

En la localidad de Quemada su Iglesia Parroquial luce orgullosa la antigua y tosca torre del siglo XIII...

... y en Peñaranda de Duero, mi siguiente destino, su muralla me otorga el beneplácito de la hospitalidad castellana.

A su espectacular Plaza Mayor accedo no sin cierto recelo ante la amenazante señal de prohibido estacionar, cosas de los Ayuntamientos ya se sabe, ni puto caso, mi máquina no molesta a nadie y además está bien aleccionada.
El Palacio de los Avellaneda es un edificio renacentista plateresco del siglo XVI,...

... en su interior un elegante patio sirve de antesala a su escalinata y recibidor.

El pórtico de acceso al patio luce este maravilloso aspecto...

... y el espacio porticado este otro.

Bonita estampa de la Plaza, o no?... y es que rezuma medievo por todos sus poros.

Como sucede con las parejas de homínidos para las colegiatas también llega el día en que deciden dejar de serlo, eso sí, por imperativo eclesiástico, y si no que se lo digan a la Ex-Colegiata de Santa Ana del siglo XVI, je, je.

Junto a la iglesia y a pocos metros se encuentra su famoso rollo del siglo XV, esta vez sin comentarios.

Una sencilla fachada rematada con balconeras en madera puede hacer que la mente viaje en el tiempo e imagine historias de dramaturgos y taberneras, es que tanto Siglo de Oro...

En lo alto de la peña que da nombre a la localidad uno puede intuir sus edificios más llamativos como el Convento de San José del siglo XVI...

El Castillo de Peñaranda data del siglo XI y constituye una magnífica fortaleza roquera (no rockera ja, ja) construida como bastión para frenar el avance árabe durante la Reconquista.

De carácter exclusivamente militar carece de estancias y su patio es alargado y estrecho adaptándose a la colina en roca, tal y como ocurre con el Castillo de Peñafiel, pero eso es otra historia.

En su estrecho patio puedes observar murallas, almenas o torres defensivas y por supuesto su gran Torre del Homenaje.
... o la ya vista Ex-Colegiata.

Cambiamos de tercio y de que manera, y es que una jornada soleada es siempre la panacea para rodar a gusto, y muy a gusto, pero antes, un alto a las afueras de la localidad de Arandilla para inmortalizar su Iglesia visigótica fechada en el siglo VII...

... y en Coruña del Conde, a pocos kms, alucinar con una imagen puramente surrealista, un antiguo Lockheed T-33 "sobrevolando" próximo al ruinoso Castillo del siglo X.

En lo alto del pueblo se encuentra la Ermita visigótica de San Sebastián, también del siglo VII.

Observando al detalle su sencilla portada cuesta creer que sean más de 1.300 años de exposición a los implacables elementos, y además, que continue tan lozana...

... tanto o más que estos arcos ciegos en el ábside.

De nuevo en ruta y esta simpática estatua en hierro del Cid parece desearme buena ruta y mejor destino...

... pero primero y de origen romano uno de los dos puentes sobre el río Arandilla que conserva aun la fábrica romana.

Destino final de la ruta es la Ciudad de Colonia Clunia Sulpicia. Allí, en la localidad de Peñalba de Castro, aprovecho para calmar a mis rugientes tripas que no hacen más que recordarme que necesitan de mi atención, así que paro en el mesón que hay subiendo hacia las ruinas y tras intercambiar impresiones sobre motos con los parroquianos del lugar me meto entre pecho y espalda un suculento y jugoso bocata de panceta que no está en los escritos, pero sí en mi estómago ja, ja.

Por 4 euros que cuesta la entrada creo que merece la pena echar un vistazo a lo que fue este enclave romano. Su Teatro me recuerda al de Mérida...

...pero sobre todo a miles de personajes y personajillos disfrutando de una animada tarde de variedades.

La esmerada cultura del baño recaía en sus demandadas Termas...

... y para ello contaban con todo tipo de comodidades en unas instalaciones completísimas, lástima de evolución.

A la vuelta siempre me gusta volar alto pero no tanto ja, ja... HASTA LA VISTA PENDEJOS!.